Son malos tiempos para la hostelería en nuestro país. Con lo ocurrido con el coronavirus en España, muchos negocios se han visto obligados a echar el cierre. Hablamos de unos 85.000 bares y restaurantes los que están en peligro de desaparecer. Una cifra altísima teniendo en cuenta las familias que hay detrás.
Unos 100.000 negocios de hostelería podrían cerrar por el recorte de terrazas
El coronavirus en España ha causado importantes estragos. Entre ellos, la obligación de cierre para muchos negocios, como es el caso de los bares y restaurantes, que no podían abrir. Sí podían enviar comida a domicilio por medio de repartidores, pero nada más.
En la fase 0, ya se les ha permitido a estos locales vender comida para llevar. Mientras que, en la fase 1 los negocios podrán abrir con un 50% del aforo. Esto en teoría empezará a partir del lunes 11 de mayo si así lo aprueban en las distintas comunidades autónomas.
En un principio, el Gobierno decretó que los negocios solo podrían abrir con un aforo de un 30%. Algo que los hosteleros vieron imposible, debido a que abriendo con solo un 30% del aforo estarían en pérdidas. Mientras que con solo el 50%, aunque algunos pueden entenderlo, a otros les resulta menos escaso.
¿Qué solución se ha propuesto? Poder ocupar más espacio de la calle para colocar las mesas. De tal forma que se pueda brindar servicio a más personas y generar más ingresos. Algo que algunos usuarios no han acogido bien, porque afirman que se les quita más espacio para salir a caminar.
Todas estas incertidumbres han dado lugar a que muchos negocios vayan a echar el cierre. Se estima que hay unos 85.000 bares y restaurantes en peligro por el recorte de terrazas.
Concretamente, se estima que con las condiciones de reapertura anunciadas, podría producirse un cierre de establecimientos del 30%. Si tenemos en cuenta que hay más de 300.000 que hay en toda España, serían unos 85.000 locales.
Desde la Patronal también se exige una mayor flexibilización de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), puesto que la normativa actual exige recuperar a toda la plantilla afectada. Algo que resulta imposible, teniendo en cuenta la prevista caída de ingresos que se espera.
Veremos a ver en qué queda la cosa finalmente. Sin embargo, parece que los autónomos y empresas auguran un futuro inmediato un tanto negro.
